Raimundo (nombre ficticio), ahogado por sus deudas, solicitaba un préstamos de 8.900 euros a su entidad bancaria, contando como garantía su licencia de taxi. Una cifra que, sin embargo, no llegaba en su totalidad al cliente.
«Sólo recibió 7.000 euros, ya que el resto fue retenido
por la entidad para cubrir gastos que no fueron explicados de manera
clara», estipulaba el demandante, tal y como apunta la sentencia de 12
de noviembre de la Audiencia Provincial de Barcelona. (...)
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